CATACLISMO

SILENCIO REPARADOR Y TIEMPO SIN PRISAS: MARÍA CUETO

MORADA DEL AIRE DETALLEMaría Cueto, Morada del aire, 2011. Detalle

 

SILENCIO REPARADOR Y TIEMPO SIN PRISAS: MARÍA CUETO
María José Aranzasti

¿…pero dónde el fin de esta tristísima tristeza?
Wang Wei, Poemas del río Wang

 

Con permiso previo, vislumbro a través de una rendija de la vieja casa, convertida en confortable morada en la herriko plaza de Berastegi, a María Cueto y a Mariano Arsuaga, una pareja compenetrada en el proceso creativo, artistas sincronizados en el quehacer artístico cotidiano a lo largo de todos estos años, trabajando en muchas ocasiones en proyectos conjuntos. Esta gratificante y fascinante labor artística les ha hecho crecer conjuntamente como magníficas personas y como grandes artistas.

La artista María Cueto (Oviedo,1960) ha logrado, a lo largo de su tan personal trayectoria artística, alcanzar las cotas más altas dentro de la escultura poética; la perfecta unión entre poesía y paisaje, al hacer adentrar al espectador, a través de un viaje interior, a la búsqueda de nosotros mismos.

María Cueto construye paisajes a través de pequeños fragmentos del mundo. Dibuja en el aire grafías en suspensión. Y ese paisaje al que ella da forma, alberga infinidad de miradas: las de su autora, las nuestras, las de todos. Infinidad de miradas.

Sus obras son poemas plásticos, realizados con una destreza y habilidad dignas de mencionar. La artista es experta en técnicas de trenzado y anudado, de tramas y entramados vegetales, compuestos de todo tipo de hojas, semillas como en esta ocasión, las de avena y las de hojas de palmito, previamente tratadas y blanqueadas, de ramas, de flores secas, etc.

MORADA DEL AIRE II DETALLEMaría Cueto, Moradas del aire, 2011. Detalle

Las piezas tan sutiles y etéreas, en este caso Moradas del aire (2011), nos acercan a la propia artista, de gestos serenos y pausados, de ritmo lento, suave y preciso. Sus piezas son musicales, mecidas por el viento, aunque también reclaman un necesitado silencio.

Estas Moradas de aire, al igual que otras muchas piezas de la artista, nos hacen traspasar más allá, acercarnos a las emociones, a los sentimientos que evocan, y nos sentimos identificados con ellas, nos diluimos en esas formas, cantos, odas a la belleza, a la naturaleza, al silencio reparador, a la paz.

MORADA 1María Cueto, Moradas del aire, 2011

Frente a esta actual sociedad chirriante, frente al ruido y el estrépito, junto a las rutinarias y sistemáticas prisas que todos ejercitamos, necesitamos la verdad que transmiten las obras de María Cueto para restablecer nuestro orden interior, en clara búsqueda de lo esencial: la introspección, la claridad y la meditación. El tiempo sin prisas.

Quizás, donde el gran poeta Wang Wei hablaba de profunda tristeza, nosotros deberíamos encontrarnos con otra palabra, tan sugerente y necesaria como es la de melancolía. Porque en definitiva las obras de María Cueto nos conducen al paso inexorable del tiempo, a reivindicar el silencio, la soledad, la reflexión, que desde hace algún tiempo hemos perdido.

María Cueto, Moradas del aire, Vitrina Espacio de Creación y Didáctica, c/ Infiesto 24, Gijón, Asturias. Del 8 de marzo al 30 de abril de 2014.

Comisaria: Maite Centol.

logo_fMM

 

1 reacción a esta entrada
Introduce tu comentario

Por favor, introduce tu nombre

Debes introducir tu nombre

Por favor, introduce una dirección de e-mail válida

Debes introducir una dirección de e-mail

Por favor, introduce tu mensaje

MAV Mujeres en las Artes Visuales © 2025 Todos los derechos reservados


Diseñado por ITCHY para m-arte y cultura visual