CATACLISMO

GERTRUDE JEKYLL, LA ARTISTA-JARDINERA

GERTRUDE JEKYLL, LA ARTISTA-JARDINERA
Marta Mantecón

Nacida en plena época victoriana, la artista, jardinera, horticultora, paisajista, taxónoma, fotógrafa, artesana, diseñadora y escritora británica Gertrude Jekyll (Londres, 1843 – Surrey, 1932) fue una de las creadoras de jardines con mayor proyección internacional durante la segunda mitad del XIX y primeras décadas del XX.

Nació en Londres, siendo la quinta de siete hermanos. En su familia había intereses culturales. Su madre estudió música con Felix Mendelssohn y su padre era un militar aficionado a tocar la flauta. El reverendo Walter Jekyll, su hermano pequeño, era amigo de Robert Louis Stevenson y fue su inspiración para el protagonista de su más célebre novela “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” (1886).

Gertrude Jekyll, Thomas [su gato] caracterizado como Gato con botas, 1896. Goldaming Museum

Pronto la familia se trasladó a Surrey. Es allí donde inició su formación como artista en la Central School of Design de Kensington (fue una de las primeras mujeres en inscribirse), dedicándose en un primer momento a la pintura y la acuarela; sin embargo, los problemas de visión le obligaron a inclinarse hacia otras disciplinas. Próxima al movimiento Arts & Crafts, solía acudir a las conferencias de John Ruskin, que en aquel momento era Slade Professor of Art en la Universidad de Oxford. Gracias a él comenzó a interesarse en la obra del pintor romántico británico William Turner, que será gran fuente de inspiración para muchas de sus propuestas.

En 1881 había comprado seis hectáreas de brezal y bosque secundario en Munstead Wood, en Surrey, frente a la casa familiar. Este terreno se convirtió en su laboratorio de jardinería y, a partir de 1897, en su hogar, cuando se construyó su casa según el diseño del joven arquitecto Edwin Lutyens, también próximo al espíritu del grupo liderado por William Morris, dado su interés por la integración entre arquitectura, diseño y paisaje. En Munstead Wood Hut, su casa construida en 1894 con materiales locales, Gertrude Jekyll creará un jardín experimental con un vivero y un centro de jardinería en el que cultivará plantas que luego trasladará a sus diseños. La venta de esas nuevas variedades de plantas le permitió obtener unos ingresos con los que pudo construirse una nueva casa en 1896.

Gertrude Jekyll, Bordura de Munstead Wood, Surrey

Logró combinar diferentes especies para que el bosque se fuese regenerando y añadió un jardín forestal que iba floreciendo en cada estación. Para ello introdujo técnicas novedosas, que ella denominaba artificios, como “plantar ciertas especies que florecen en distintas épocas y que pueden ser entrenadas para reemplazarse unas a otras”. Así, preparaba diferentes variedades de flores para crecer sobre aquellas cuya temporada había terminado. También solía situar plantas más altas en la parte delantera, de modo que aquellas que habían finalizado su floración quedaban ocultas. Y otra de sus técnicas, llamada “dropping in” o “colocar al paso”, consistía en tener una reserva de plantas cultivadas a distintas alturas, arbustos y herbáceas con flores de variados colores para poder reponer en todo momento cualquier hueco y que el jardín luciera durante todo el año, dado que la floración se iba sucediendo en cada estación buscando una transición suave, aunque fuera diseñado para que alcanzara su mayor esplendor entre los meses de julio y octubre.

Le gustaban particularmente las prímulas silvestres, de las que llegó a criar alguna variedad mejorada y configurar un jardín llamado Munstead Primrose Garden, que más adelante inspirará a Vita Sackville-West en el jardín conocido como The Nuttery en Sissinghurst Castle, al sur de Inglaterra, con su singular alfombra de prímulas híbridas entre las alineaciones de avellanos, creado hacia 1930 y hoy valorado como uno de los esquemas de plantación más bellos del mundo.

John Gay, The Nuttery de Vita Sackville-West, 1955-1959

Jekyll viajó mucho para conocer diferentes variedades y ejerció una gran influencia en lo que hoy reconocemos como jardines ingleses, priorizando la inspiración en la naturaleza frente a la planificación geométrica propia de los jardines franceses. Llegó a diseñar más de 250 jardines y publicó numerosos libros, entre los que cabe destacar Colour in the Flower Garden de 1908, reeditado en 1914 como Colour Schemes for the Flower Garden, y más de mil artículos para revistas especializadas. En sus escritos, solía relacionar la jardinería con otras artes y oficios. Ella misma aprendió diferentes artesanías, como la talla, el dorado, la marquetería, el repujado en plata, la carpintería, la metalistería e incluso la construcción de techos de paja, cercas y muros, pero su miopía le impidió desarrollar estas facetas, igual que la pintura y la acuarela. También diseñó una línea de floreros de cristal, interesándose además por el mobiliario tradicional, tal como plasmó por escrito y en fotografías en Old West Surrey: Some Notes and Memories, publicado en 1904.

Gertrude Jekyll con uno de sus gatos

Sus célebres esquemas de color se basaban en la aplicación de contrastes para buscar la armonía entre gamas cálidas y frías, así como algunos principios extraídos de diferentes tratados artísticos. Conocía los postulados de Chevreul, que le llevaron a conocer los efectos de la aplicación de los colores complementarios y la profunda relatividad que existe en la percepción del color. Influenciada por el pintor William Turner y próxima a los postulados impresionistas, trasladó a los jardines los mismos códigos que se utilizaban en una composición artística, equilibrando tonalidades, formas, texturas. Destacaron especialmente sus borduras de flores, profundamente dinámicas y en constante transformación. Inventó el término “drift” para describir las transiciones pictóricas que usaba como base para ellas, como si fuesen largas pinceladas salpicadas con notas de color, bordando unas plantas con otras. La bordura de flores Munstead Wood fue la más destacada por su gradación cromática inspirada en las composiciones de amaneceres o incendios de Turner.

Más que diseñadora, siempre prefirió considerarse una “jardinera-artista”, pues para ella la práctica artesanal del jardín era la base para llegar a ser una obra de arte. Era muy meticulosa y, pese a que su vista no era buena, miraba las plantas al detalle, generando verdaderas escenografías vivas. «La buena jardinería exige paciencia y tenacidad. Habrá muchos fracasos y pérdidas, pero si se persevera, también llegará la recompensa del éxito», dejó escrito. Para Jekyll, crear un jardín, más allá de la ordenación de diferentes especies, era “colaborar con la naturaleza en un acto sostenido de belleza intencional”*.

Gertrude Jekyll, Bordura de Munstead Wood, Surrey

Fuentes:

*Richard Bisgrove: “The colour of creation: Gertrude Jekyll and the art of flower”. Journal of Experimental Botany, Vol. 64, nº. 18, 2013,l pp. 5783–5789.

Goldaming Museum: http://godalmingmuseum.co.uk

 

Introduce tu comentario

Por favor, introduce tu nombre

Debes introducir tu nombre

Por favor, introduce una dirección de e-mail válida

Debes introducir una dirección de e-mail

Por favor, introduce tu mensaje

MAV Mujeres en las Artes Visuales © 2025 Todos los derechos reservados


Diseñado por ITCHY para m-arte y cultura visual