UNA CHARLA CON LA ARTISTA SHIRIN SALEHI
María Bueno
Resulta gratificante coincidir con Shirin. Su tono pausado, palabras que expresan lo que realmente quiere decir y una sonrisa. No menos interesante es acercarse a su obra, cuidada y realizada atendiendo hasta el más mínimo detalle. Sin duda alguna, hay que estar frente a la producción de la artista para dejar que la obra hable. Escucha y espera.
María Bueno. Danos unas breves pinceladas de quién eres y a qué te dedicas. ¿Cómo llegaste al mundo del arte, de la creación?
Shirin Salehi. He nacido en Teherán en 1982. Pasé mi infancia en un tiempo políticamente agitado y oscuro. Los años posteriores a la gran revolución popular que por desgracia tomó la forma de una teocracia militar, junto a la trágica guerra entre Irán e Iraq conformaron mi infancia. Las pinturas murales con imágenes de mártires de la guerra, la hagiografía de los clérigos y el negro cubriendo todos los cuerpos de las mujeres fueron el imaginario visual de quienes nacimos en la década de los ochenta en Irán. Tuve la oportunidad de emigrar a España a finales de los años noventa y me formé como ingeniera. Al terminar mi carrera, comencé a trabajar en distintas empresas de telecomunicaciones, compaginándolo a la vez con la formación artística. Llevaba desde años atrás buscando ese tiempo que había dedicado en la infancia al dibujo, pero la exigencia de la carrera de ingeniería junto con la emigración y los tiempos de comprensión de la nueva sociedad en la que estaba me impedían hacer cualquier otra cosa que no fuera mi profesión. Poco a poco entendí que la práctica del arte necesita de unos tiempos más lentos, de una dedicación plena y de unos espacios mentales y físicos muy exigentes, y merecía la pena para mí dar ese paso, aunque por entonces desconocía el infinito universo que estaba a punto de abrirse ante mí. Desde entonces en paralelo a mi práctica artística desarrollo también proyectos de educación, escritura, traducción de textos persas, así como de intérprete para personas refugiadas afganas e iraníes. A partir del año 2017 resido y trabajo también parte del año en Nueva York donde existe una comunidad artística iraní de migrantes y exiliados que me enriquece mucho. La conversación desde la diáspora cumple una función vital para todos los que tuvimos que marcharnos: no dar paso a la desmemoria desde los nuevos territorios y apoyarnos en el dolor y la reconstrucción.
María Bueno. Eres una profesional amante, entre otros muchos ámbitos, del “conocimiento poco o nada visibilizado”, cine, viajes y charlas con profesionales de tu sector, ¿nos explicas acerca de tus intereses y cómo los conectas a tu práctica profesional?
Shirin Salehi. Procedo de un mundo ciertamente ajeno al de la cultura occidental. Me interesa construir acercamientos entre las formas de creación de sentido en mi país de origen y el entorno occidental en el que vivo. Mi formación se desarrolló en España, pero mi mapa interior se encuentra en Irán. Y el reto para mí es trabajar en proyectos donde esa relación esté presente pero nunca estereotipada. Hay una forma de concebir la sombra en las sociedades orientales, desde el Irán antiguo hasta el lejano oriente, que difiera de la claridad propia de la occidental. Las sociedades crean formas de resistencia y refugio del agresor y esta suerte de reserva y contención ha existido en los iraníes. Era la forma de protegerse y proteger al otro. El simbolismo, la metáfora no en vano tienen tanta tradición en Irán.
María Bueno. Entre los proyectos que has realizado, ¿cuáles han sido importantes y decisivos?
Shirin Salehi. Tengo especial cariño al proyecto que realicé para la Fundación Miró Mallorca, con mi compañera y amiga la artista Inma Herrera. En 2019 presentamos una propuesta conjunta al premio Bienal de Sotheby’s y Pilar Juncosa de Creación, bajo el título, Un Punto Fijo para Orientarse, que recibió el premio de producción y exposición. El proyecto supuso una bellísima experiencia para las dos, artísticamente en cuanto al planteamiento de una obra en coautoría, y técnicamente por las dimensiones de las esculturas, el planteamiento de los vídeos y la intervención en cuatro salas de la Fundación. Fue una conversación artística que duró varios años: queríamos trazar una exploración de la noción de un centro, ese posible espacio concebido como sagrado, desde los conceptos poéticos de lenguajes que trabajan con la multiplicidad como el grabado y la cerámica. Partiendo de que vivimos en una sociedad que no tiene relación con lo sagrado, dio lugar a mucha conversación y complicidad que finalmente se concluyó en el trabajo de coautoría. Tan significativo fue que ahora estamos planteando seguir en paralelo a nuestras prácticas individuales. La residencia en la Academia de España en Roma en 2021 es una estancia que me tocó mucho. Fue un tiempo excepcional que me ofreció conocer en profundidad el trabajo, los procesos y las inquietudes de mis compañeras y compañeros, creadoras de disciplinas muy distintas, con quienes compartí mucho, y de quienes aprendí. Me he llevado muchas amistades duraderas de Roma.
María Bueno. ¿A qué tipo de propuestas le dirías sí sin pestañear?
Shirin Salehi. Te diría cualquier proyecto que aporte a generar pensamiento, reflexión, crítica y construcción desde otras narrativas y realidades. Y que se haga con rigor y con afecto. Y cómo no, proyectos que conmuevan, que toquen algo trascendente.
María Bueno. ¿Establecen tus obras e investigaciones artísticas una conexión con tu propia identidad, con quien tú eres? Si es así, ¿piensas que la cultura y la educación son transformadoras?
Shirin Salehi. Cuando miro hacia atrás veo que mis ojos se configuraron desde la historia de mi país natal, y en el entorno sociopolítico en el que crecí. Esa primera identidad cambió y creció, han pasado muchos años desde que me fui, pero algo sí permanece intacto y son las convicciones. Todo lo que hago es fruto de un pensamiento que bebe de esas experiencias, de unos anhelos, pero también del deseo de comprenderlos y de la continua pregunta que se hace todo artista: ¿al servicio de qué está lo que hacemos? Pienso que el arte, porque emana de lo más profundamente común a toda la humanidad, es una voz imprescindible en este esfuerzo colectivo de cambiar la sociedad.
María Bueno. Gracias a trabajar en proyectos y contextos heterogéneos, ¿podríamos decir que te resulta positivo compartir, aprender y crecer en colectividad?
Shirin Salehi. Para mí la creación debe ser necesariamente colectiva. Estoy convencida de que estamos conformados por la comunicación con el otro y que esa apertura permite propuestas más complejas y completas de lo que nos rodea.
María Bueno. Referentes…
Shirin Salehi. Una activista y una pensadora: Mona Eltahawy y María Zambrano.
María Bueno. Un evento que te haya marcado.
Shirin Salehi. Palimpsesto, la intervención de Doris Salcedo en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro. Me conmovió su forma de abordar la tragedia de los migrantes ahogados en el Mediterráneo desde una poética del duelo extremamente sutil y respetuosa para con el otro.
María Bueno. Un comisario, espacio cultural y tendencia artística.
Shirin Salehi. Susana Blas es para mí una comisaria que ha hecho grandes proyectos donde aúna pensamiento y corazón. Creo que es una de las mejores profesionales del contexto español. Espacio cultural: La Casa Encendida. Tendencia artística: No me identifico con las tendencias.
María Bueno. Una película, libro, canción, paisaje y viaje inspirador para ti.
Shirin Salehi. Un simple acontecimiento de Sohrab Shahid Sales. Libros: El Coronel de Mahmud Dowlatabadí.
María Bueno. ¿En qué tópicos, idealizaciones y estereotipos crees que caemos cuando abogamos por una diversidad e inclusión que, en el fondo, no se termina de materializar? ¿Cómo podemos desactivarlos?
Shirin Salehi. Mediante la escucha y la conversación, con los ojos limpios, conociendo la historia del otro. Pienso que en el fondo la cuestión es donde colocas la frontera de tu cultura. ¿Se acaba en Europa, en occidente o incluye el mundo?
María Bueno. ¿Qué nos conecta a las mujeres en el contexto cultural español? ¿Qué crees que nos facilita acercarnos y unirnos?
Shirin Salehi. Lo que nos conecta es una conciencia colectiva de la situación de la que venimos, del esfuerzo que hicieron otras mujeres antes de nosotras y que donde estamos situadas es gracias fundamentalmente a su sacrificio. Partir desde aquí -no dejándolas en el olvido- nos permite vivir nuestro trabajo con más libertad y gratitud. Y algo fundamental: No acomodarnos. La violencia contra las mujeres no es un problema local. Necesitamos que toda persona tome verdaderamente conciencia y compromiso para abolir una terrible realidad que está extendida globalmente.
María Bueno. ¿Nos adelantas algo de tus proyectos venideros?
Shirin Salehi. En noviembre de 2022 se presenta en el MARCO de Vigo una exposición colectiva con los trabajos de los residentes en la Academia de España en Roma. En relación a mi proyecto personal de la Academia, Tiempo sin derrota, estoy preparando una publicación con la diseñadora Marina Meyer que es la coeditora de libro. El formato del libro es un espacio poético que me interesa desde siempre y por fortuna este año los tiempos son algo más lentos y por tanto más propicios para su formalización. Llevamos meses trabajando con esto y está a punto de salir. Estamos muy ilusionadas. En paralelo sigo con los proyectos de educación en torno a los libros de artista en el Center for Book Arts en Nueva York, y en el curso de Narrativa Visual en la Escuela Lens. Muchas más cosas entretejiéndose, pero os iré contando poco a poco.
Para más información:
www.shirinsalehi.com
