CATACLISMO

ENTREVISTA A MARTA SEGARRA

Marta Segarra_by Toni CatanyMarta Segarra, fotografía de Toni Catany

ENTREVISTA A MARTA SEGARRA[1]
María José Aranzasti

“La mujer ha sido objeto pasivo de la mirada masculina, el objeto de sueño y el deseo de los hombres. Los cánones estéticos establecidos por pintores, escultores, fotógrafos, poetas, aunque variables según las épocas y la evolución de los gustos, llevaron siempre implícita una visión patriarcal del papel de la mujer en la sociedad y han conformado una imagen que esta ha asumido… Las mujeres creadoras, desde su propia perspectiva, han propuesto una visión según la cual la mujer pasa a ser sujeto de su mirada, en vez de ser el objeto de la mirada masculina.” (Àngels Carabí y Marta Segarra. La Belleza escrita en femenino)

La trayectoria de Marta Segarra se ha centrado en literatura, en estudios teóricos con el eje de la literatura y el cine, la crítica y teoría literaria feministas y la literatura francesa contemporánea. Su último libro, Teoría de los cuerpos agujereados (reseñado en M-arte y cultura visual) es el ensayo que ha tenido más relación con el arte y lo visual.

Esta escritora, con un listado de publicaciones de vértigo, en esta entrevisa alude a otras conexiones interesantes, como las muestras en Arts Santa Mònica, en donde Joana Masó y Assumpta Bassas comisarían “Blanco sobre Negro. Trabajos desde lo imperceptible”. Han presentado recientemente la quinta muestra con Isabel Banal/Vía Láctea, y ahora, hasta el 11 de enero de 2015, se desarrolla la última exposición de la serie con Mireia Sallarés (Barcelona, 1973), cuyo título es “Joan, Jill Godmilow (What Godmilow Taught)”.

Son muy importantes −señala Marta− estas exposiciones monográficas a lo largo de todo el 2014 hasta principios del año que viene, de seis artistas contemporáneas como Blanca Casas Brullet, Mar Arza, Freya Powell, Antonia del Río, Isabel Banal y Mireia Sallarès. Tengo relación y mucho interés con lo visual y el arte, mi ensayo sobre Teoría de los cuerpos agujereados ha sido hasta el momento el más visual de todos ellos.

En tus ensayos, y precisamente en tu edición de Políticas del deseo, aparece el deseo como temática, ¿cómo podríamos definir el deseo y cómo actúa?

En el primer capítulo «Poéticas y políticas del deseo», introduzco el tema en el que participan otros autores como Annalisa Mirizio, Nora Catelli, Nuria Bou, Mercedes Coll, para dejar en una segunda parte las representaciones del deseo en la literatura femenina contemporánea a cargo de Joana Sabadell-Nieto, Virginia Trueba Mira, Helena González Fernández y Lluisa Julià[2]. El deseo que está relacionado con el tema del agujero es metafórico, produce una herida en el deseante. Me interesa ver el deseo como salido de uno mismo hacia el otro y cómo construye otro tipo de sujeto consciente de vulnerabilidad, abierto a la alteridad, al otro. La relación entre el yo y el otro, esa tensión como objeto de análisis desde el nacimiento de la filosofía, ha sido fundamental. El deseo funciona de modo misterioso, incoherente, contradictorio. En el pensamiento occidental, “lo propio del hombre” sería el dominio y control de los deseos. Las mujeres, se analiza en ese libro, estando sometidas a la naturaleza no son sujetos, sino que están sujetas a las pulsiones. El deseo femenino ha sido representado por los hombres a lo largo de la historia y por consiguiente en los discursos artísticos, identificando a la mujer con lo irracional.

¿Por donde discurre el ensayo Traces du désir (París, 2007)?

Se revisitan los discursos clásicos en torno al tema, con el fin de definir y, al mismo tiempo, contener o reprimir el deseo de las mujeres: Platón, Hegel, Sartre, Bataille, Foucault, Lacan, Diótima, etc. para pasar a la visión propia de escritoras y cineastas contemporáneas que contrarrestan en su escritura los patrones clásicos del deseo masculino y femenino, como Chantal Akerman, Kristeva, Cixous, etc. Se parte de diferentes referentes como Tristán e Isolda, como representación del deseo como unión total de los románticos. La Celestina celebra bien esa visión, numerosos textos contemporáneos, y películas de Buñuel, Arrabal y señalaría también a Maria Mercè Marçal (1952-1998), una de las más importantes poetas catalanas del siglo XX, que culmina también con una magistral obra, la novela La passió segons Renée Vivien (1994), en la que se describe muy bien la pasión.

Y en la sociedad actual, ¿a qué llamamos deseo?

Yo veo que nos confundimos un poco. Deseamos muchas cosas, para mí el concepto de deseo es algo más radical, es abrirse al otro.

¿El amor?

Hay que diferenciar entre deseo y amor. Se desea a otra persona, el amor es una construcción cultural, el amor romántico, platónico, remiten a unas prácticas culturales. El amor es cultural para oprimir/liberar a unos individuos. El amor es mucho menos liberador y menos dúctil que el deseo, que también mata, conduce a Deleuze y Guattari, aniquila al sujeto.

En realidad, amor y deseo están conectados. El agujero, en mi ensayo de la Teoría de los cuerpos agujereados, me llevó al deseo y su relación con la sexualidad; por eso desarrollo los capítulos referidos a la vagina dentata, la sodomía, todo ello muy revelador e importante para el mundo biopolítico del que hablaba Foucault. Este concepto del cuerpo como entidad biopolítica es muy importante: el de controlar los cuerpos.

Eso nos lleva también a las teorías que defiende Beatriz Preciado sobre el control de los cuerpos, ¿no?

El control de los cuerpos a través de muchas cosas, la sexualidad, los anticonceptivos, el cómo, quién, cuándo. La medicina general ejerce un control de los cuerpos, desde la misma idea de que hay que prevenir, la misma lucha contra la obesidad en EEUU. Las feministas ya sabíamos que todo lo que ocurre en los cuerpos está sujeto a las políticas. Se han intensificado estos conceptos a través de Foucault, de Judith Butler, y precisamente también a través de las teorías de Beatriz Preciado que, por otra parte, ha comisariado recientemente junto con Teresa Grandas la exposición La pasión según Carol Rama, artista italiana con 70 años de trayectoria (1936-2006) en el MACBA.

¿Qué referentes bibliográficos claves señalarías en la temática del deseo?

Hélène Cixous, sobre todo, con L´amour du loup et autres remords. Es un ensayo poético que teoriza sobre el deseo que ella llama amor. A través de la imagen metafórica del lobo que se enamora del cordero. El lobo no deja de tener ganas de comerse al cordero, y Cixous lo relaciona con el abismo, con el agujero. ¿Cómo podemos amar al otro o la otra sin reducir su alteridad, alterando así su esencia hasta destruir el objeto de nuestro amor? En La risa de la Medusa. Ensayos sobre la escritura, Cixous está contra Freud y contra el enigma de la feminidad, de la mujer que es peligrosa, que hay que tener cuidado con ella. Ella subraya que la mujer no es enigmática ni peligrosa, sino que es el deseo el que conduce al abismo y lo describe muy bien.

Hay otro texto impresionante, Cuentos de la diferencia sexual  de Hélène Cixous, que espero conseguir el permiso para la traducción por parte de la familia de Mara Negrón, la traductora, para poder publicarlo.

¿Qué destacarías de la revista semestral Expressions Maghrébines que diriges y en la que se editan estudios e investigaciones de las diversas formas de expresión artística: literatura, cine, canciones referentes al Maghreb y su diáspora?

En Mujeres magrebíes. La voz y la mirada en la literatura norteafricana en la editorial Icaria, de 1998,  ya analizaba las novelas escritas por mujeres argelinas, marroquíes, tunecinas o francesas de origen magrebí y de habla francófona que abordan miradas y temas relativos a la identidad, y desde entonces he trabajado en ello, lo que ha servido para describir otras culturas y darlas a conocer. Los libros quedan y este sirvió de impulso.

Dejo ya pronto la dirección de Expressions Maghrébines. He dirigido 20 números de esta revista como directora. Había en Francia a principios de los 90 escritores muy apreciados como Tahar Ben Jelloun, y había también muchas mujeres escritoras muy interesantes que se han dado a conocer.

En la actualidad, ¿en qué proyectos está inmersa Marta Segarra?

Estoy en dos temas apasionantes, uno de ellos es un proyecto sobre la representación en el arte de las mujeres gitanas; tenemos muchos prejuicios sobre estos temas también olvidados en la literatura, en el arte. En Europa estamos preocupados por los inmigrantes pero hay poca gente que se ocupe de los gitanos, de hacer estudios e investigaciones sobre este tema. Hay una especie de incomodidad cuando es la minoría étnica más discriminada de Europa, sus condiciones son pésimas en Francia y también en España. Me gustaría trabajar sobre el tema de la sexualidad de los gitanos desde la línea feminista; en todo mi trabajo es la óptica de género y la feminista la que siempre está, también no se puede hacer de otra forma y está ligada a mi ámbito académico.

En breve voy a trabajar sobre otras visiones de la comunidad, tras la publicación de Repensar la comunidad desde la literatura y el género en 2012, en la que recogía las teorías y los debates establecidos por Hannah Arendt, Judith Butler, Gilles Deleuze, Jacques Derrida y Roberto Esposito entre otros, desde la visión de la heterogeneidad y la distancia.

Hay mucho debate al respecto, llevo trabajando en el tema seis años y acudiré a un seminario de comunidades expandidas y posthumanidad en la Universidad de Cornell en Nueva York.

 

Notas:

[1] Marta Segarra es catedrática de literatura francesa y de estudios de género en la Universidad de Barcelona, cofundadora y directora del Centre Dona i Literatura (Centro Mujeres y Literatura. Género, sexualidades, crítica de la cultura, 2003-2013) y coordinadora de la Cátedra UNESCO Mujeres, Desarrollo y Culturas, así como investigadora asociada al Centre d’études féminines et d’études de genre de la Universidad París. Dirige la colección Mujeres y Culturas de Icaria Editorial, es miembro del comité de redacción de la revista Lectora y del Editorial Board de Critical Studies (Rodopi), y directora de la revista internacional Expressions Maghrébines. Recibió el premio Icrea Academia 2009.

[2] “El deseo de las mujeres según parámetros androcéntricos”, “¿Es representable el deseo?”, “Cuestiones sobre la representación del deseo femenino en la historia del cine”, “Imágenes del deseo de las madres. Del melodrama al cine fantástico”, conforman respectivamente la primera parte. La segunda parte está compuesta por “El erotismo de la subjetividad: escritura, mirada y deseo en las flâneuses del cambio de siglo”, “El gesto del deseo en Olvido García Valdés y Chantal Maillard”, “Especulaciones sobre el deseo: cuerpos venéreos, disconformes y fragmentados” y “Añoranzas y paraísos femeninos en la obra de María Mercè Marçal”, por las autoras respectivas mencionadas en el texto. 

icaria_80

 

 

Introduce tu comentario

Por favor, introduce tu nombre

Debes introducir tu nombre

Por favor, introduce una dirección de e-mail válida

Debes introducir una dirección de e-mail

Por favor, introduce tu mensaje

MAV Mujeres en las Artes Visuales © 2024 Todos los derechos reservados


Diseñado por ITCHY para m-arte y cultura visual