DESINFORMACIÓN
En las últimas semanas se han multiplicado los titulares grandilocuentes sobre la presencia de artistas mujeres en instituciones y ferias de arte en nuestro país, protagonizando las secciones de cultura de los diarios de tirada nacional, e incluso de los telediarios. El departamento de comunicación del Museo del Prado destacó que en la nueva presentación del siglo XIX había más artistas mujeres y desde la feria ARCOmadrid se lanzó a los cuatro vientos que existía una nueva sección de Solo project exclusivamente de mujeres. Por supuesto, se trata de correcciones necesarias.
Sin embargo, cuando se leen estas noticias, aquellos titulares quedan reducidos a «mucho ruido y pocas nueces». En la nueva presentación del siglo XIX en el Museo del Prado se han sumado 57 artistas a los que había anteriormente, pero del total de 130 artistas que podremos disfrutar a partir de ahora, solo 13 son mujeres. En la anómala edición de ARCOmadrid en julio, no se ha llegado a hacer catálogo, de manera que no es posible emitir un Informe pero, pese a la «sección femenina» y tras la visita a la feria y la revisión de las carpetas para la prensa de las galerías que se han dignado a colgarlas, nos tememos que los porcentajes de artistas mujeres y de artistas españolas siguen muy lejos de la paridad. El problema es que esos titulares es lo que queda para la mayoría, e incluso para buena parte de agentes del sistema del arte.
Pero, ¿como es posible que periodistas y crític@s de arte bregad@s en mil batallas puedan difundir tales fake news? En parte, por la propia debilidad del sistema, al que tales profesionales siempre tienden a ayudar divulgando «buenas noticias», dada la situación de permanente crisis y precariedad. También, estoy convencida de que hay profesionales bienintencionadas, cuyo deseo de que por fin haya un cambio en la secular discriminación sexista, desemboca en una información sesgada o, dicho en otros términos, en pura desinformación.
La cuestión es grave: ya que durante siglos las mujeres hemos sido engañadas. Bien, por la implacable retórica misógina que nos cerraba el paso al saber; bien, por la ocultación y borrado sistemático de todo lo que hacían las mujeres en cualquier campo, desde las ciencias a las artes. Sin duda, junto a la violencia ha sido una de las herramientas más eficaces del patriarcado.
Ahora, en esta época de sobreinformación, se ha cambiado de estrategia. Ya no se ningunea, como hace bien poco, todo lo que tenia que ver con artistas y otras agentes deel sistema del arte. Al contrario, ahora se magnifica. Con la DESINFORMACIÓN se pretende convencernos de que ya se está produciendo el cambio: cuando en realidad, si lo hay, es pírrico. Y por tanto, de que ya no hay motivos para que las feministas sigamos exigiendo lo que nos pertenece a las mujeres en todos los ámbitos.
Rocío de la Villa
