Fotograma del film The Day the Earth Stood Still, de Robert Wise
FOTÓGRAFAS EN REVELA’T 2019
Ana DMatos
Breve crónica de la séptima edición del Festival de fotografía analógica contemporánea REVELA’T 2019, que ha ocupado durante los días 7 y 16 de junio de 2019 el pueblo de Vilassar de Dalt y algunos espacios de Barcelona. La temática del festival este año iba de la compleja relación del ser humano y el planeta. Los organizadores del festival nos han preguntado: ¿por qué merecemos ser salvados? ¿Por qué merecemos ser destruidos?
A la luz de la deriva capitalista, y el uso de todo aquello susceptible de ser explotado, tierra y animales, humanos y no humanos, parece que la visión sugerente del film y su conexión real se queda en un peculiar romanticismo, roto y contextualizado en las fotografías más críticas del festival, especialmente las que abordan los conflictos armados, como las de Ramzi Haidar; las intervenciones no analógicas de Rafael Doctor, que en su concepto y fin de la marca Monster for Animals, está ayudando a salvar animales abandonados y masacrados por la industria; o el conflicto ecológico y la historia política franquista que denuncia Mati Martín en Territorio Boom.
Aquel ultimátum alienígena a la tierra de Robert Wise, The Day the Earth Stood Still, de 1951, no parece que haya servido para otra cosa más que entretener, de eso tratan la mayoría de las películas. Pero debido a la crisis medioambiental actual y la conexión temática, es cuanto menos interesante ponernos en la piel de la protagonista del film, y preguntarnos si intentaríamos detener al robot Gort. Para algunes, las palabras, «Klaatu Barada Nikto», tendrían sin duda que ser retraducidas: «El final se acerca. ¡Qué empiece la crítica y la destrucción alienígena!».
Microcosmos de Evagelia Hagikalfa. Detalle de la obra en el interior de la cámara, al mirar por la óptica.
De los 33 fotógrafos, repartidos en distintos espacios de Vilassar de Dalt, ocho son fotógrafas: Evagelia Hagikalfa, Lorena Cosba, Yvette Cruz, Irene Zóttola, Marta Fàbregas, Laia Albert, Laura Ellenberger y Mati Martí.
El espacio dedicado para el Instituto fotográfico de Cataluña, por su siglas IEFC, el comisario Joan Teixidor hizo una selección de cinco fotógrafos, entre las que estaban las series de Marta Szewczyk y Francisca Núñez, esta última con su serie Rem nom rem, que nos introdujo en la idea del sueño, para representar el juego de lo real y lo onírico.
La Fundación Railowsky, que entre otros objetivos tiene el de educar en una visión crítica de la imagen, y utilizar la fotografía como herramienta de inclusión social, mostró solo a la fotógrafa Isabel Muñoz, de entre las 44 fotografías expuestas.
El Museo de la vida Rural de la Fundación Carulla llevó varias obras maestras, entre ellas, algunas de Dorothea Lange. La Residencia de Creación y Experimentación fotográfica, uno de los pilares en los que se ha construido este festival, trajo este año, entre los siete seleccionades a Alla Sorochina, Zaida Kersten, Déborah Kempczynski y Fabienne Forel.
Finalmente, Las doce propuestas off del festival incluyeron a las fotógrafas Ana Benavent, Compartir piso a los treinta; Mireia Bordonada, A sang; Ana Daganzo, Transmutaciones; Alejandra Morales, Cuerpos de Lewy, y Luisa Ordoñez, La respuesta de la tierra.
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Vista general y detalle de Microcosmos de Evagelia Hagikalfa
Evagelia Hagikalfa trajo al festival una instalación compuesta por material reciclado, con el que ha creado un mensaje visual muy plástico y colorista, que sucede en el interior, en el cuerpo de la cámara, solo visible al mirar a través de los objetivos. La imagen que crea al superponer diferentes diapositivas, produce un efecto espacial, que recuerda al tipo de imagen de las cámaras estereoscópicas. Al mirar por las lentes nos encontramos con planos superpuestos de diapositivas de monumentos, recuerdos comerciales para turistas, que han sido manipulados para crear una intrahistoria. De forma deliberada hay un cambio en la dimensión de la fotografía. No solo porque se refiere a lo que se produce dentro de la cámara, sino porque nos lleva a una dimensión más íntima y, a reflexionar en nuestros propias acciones cuando nos comportamos como turistas. Para ver estas fotos se requiere un tiempo y una actitud. Agacharse, acomodar el ojo a la lente, y mirar a través de los objetivos buscando las imágenes. Hagikalfa nos hace mirar a través del objetivo como fotógrafos, o recordarnos que ya todos somos fotógrafos por ese interés de registrar y dejar constancia de todo. Esta instalación es un punto de inflexión para apreciar el salto cualitativo que ha dado la fotografía, donde lo importante no es tanto la buena técnica, que también, sino aquello que comunicamos, más ahora que todes tenemos una cámara a mano, en cualquier momento. De modo que, Hagikalfa no solo nos hace participar como coautores, en esa recuperación de documentación, y por lo tanto de la memoria, sino que en ese mirar dentro, nos propone un cambio en la forma de mirar y, por tanto, de fotografiar, que apunta a lo diverso del lenguaje, y a la importancia de la creatividad frente al disparo compulsivo.
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Mati Martí en Territorio Boom hace una crítica a la explotación del litoral mediterráneo, que durante el gobierno de Franco, con la excusa de ‘atraer y retener el turismo’, construyó urbanizaciones en medio de parajes naturales de singular importancia. Este proyecto se compone de fotografías y cifras, números que indican los metros cuadrados construidos, que corresponden al plan urbanístico (TEVASA), con el que se pretendió ocupar toda la zona natural del monte de la Dehesa de El Saler, en Valencia. Aunque el plan inicial, fue paralizado en parte, gracias a las protestas de los vecinos, las irregularidades y el conflicto continúan, entre los que quieren conservar el parque natural, y los que quieren mantener las infraestructuras necesarias para hacer más cómodas y urbanas sus casas.
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Detalles y vista general de Systema naturæ de Lorena Cosba
Lorena Cosba trajo a este festival Systema naturæ, una instalación que combina procesos experimentales fotográficos con objetos naturales encontrados, a los que aplica la misma clasificación del naturalista sueco Carlos Linneo, del mundo, animal, vegetal y mineral. Las fotos del álbum familiar salen del libro para combinarse con elementos diversos como hojas, plumas, huevos, ramas o piedras, que encapsulados nos recuerdan lo efímero y el paso del tiempo.
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Detalles de la instalación Yggdrasil-Ceiba de Yvette Cruz
La instalación de Yvette Cruz, Yggdrasil-Ceiba, se expone en una sala de paredes negras y apenas iluminada. La luz proviene de una pequeña bombilla en el interior de cada uno de los huevos de avestruz, que han sido cortados y emulsionados para abrigar las imágenes. Una luz tenue ilumina los cuerpos desnudos, muertos, acurrucados sobre la paja. El recordatorio de la muerte, de la imagen del cuerpo humano y del objeto que los contiene, evoca de forma inevitable a la vida. Recuerda el embrión que contuvo cada una de esas cáscaras. La acertada combinación de la idea y de su representación crea un contenido espiritual, y una dialéctica que nos hace reflexionar en la vida y en la madre tierra.
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Vista general y detalle de Dentro, de Irene Zóttola
Las obras reunidas, bajo el título Dentro de Irene Zóttola, hablan de su relación con los árboles. Fotografía las copas de los árboles de los que utiliza partes de la imagen, que quedan adheridas en las pinceladas que dibuja en una hoja de papel, con la emulsión sensible. Así, el revelado deja fracciones de imágenes vegetales, fragmentos de la naturaleza, como gestos pictóricos, que acompaña con frases, que recuerdan un relato autobiográfico.
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El Tolar de Laia Albert y Cape of Good Hope de Laura Ellenberger
Laia Albert y Laura Ellenberger han trabajado sobre la naturaleza con un sentido documental. En la serie El Tolar, Laia Albert, muestra lo intacto de la naturaleza a 4.000 m de altura. Albert resitúa al espectador en un lugar inexplorado, que invoca a la pureza, el origen de lo no quebrado, todavía. Laura Ellenberger en Sudáfrica ha fotografiado, con una de las cámaras más primitivas, una estenopeica, una enorme roca de granito, que se desprendió de una cordillera formada hace 600 millones de años. Cape of Good Hope es una roca granítica erosionada, con forma de calavera, que cobra vida con las diferentes iluminaciones del día. El título deja atrás lo sombrío, de alambradas electrificadas, del colonialismo y el apartheid para hacer solo visible a la madre tierra.
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Colonitzades de Marta Fàbregas i Aragall
Colonitzades es un trabajo Marta Fàbregas i Aragall, que ha sido realizado a partir de documentos digitalizados en Internet. De esos archivos escogió rostros de mujeres de diferentes países, en la época de la colonización. Las bellas imágenes mantienen una dialéctica entre el deseo de llegar a la mujer colonizada, y el peso decorativo, tanto en la elección de las imágenes como en su manipulación. Para el festival la autora cambió el formato habitual y la forma de montaje. Se trata de vinilos adheridos a la pared.
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Créditos fotográficos:
El detalle completo de la foto de Evagelia Hagikalfa, las fotos de Laia Albert y de Laura Ellenberger, así como fotograma del film de Robert Wise han sido extraídos de la nota de prensa. Las fotografías de Mati Martí y de Marta Fàbregas i Aragall han sido cedidas por ellas para este artículo. El resto de la documentación fotográfica ha sido realizada por la autora de este artículo.
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